Los Fantasmas de Douglas

Presentación del libro Los fantasmas de Douglas (2008, Instituto de Cultura de Baja California) de Virginia Hernández, Premio Estatal de Literatura 2007


Sergio Cruz Hernández

Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales, UABC

Marzo 11, 2010.


Se juntó el pan con el hambre


De acuerdo con cifras de INEGI el 25% migra por motivos laborales y el 25% por motivos familiares, el 3% por estudios, el 3% por salud, violencia e inseguridad y el 14% por otra causa. La mitad se va entre los 15 y los 24 años de edad, a Estados Unidos, a California, Texas, Illinois, Florida, Arizona y otros estados. Si regresaron, fueron 15 de cada 100, 85 se quedaron allá (INEGI, 2010).

Migrar-moverse del lugar, otorgarle sentido al mundo, reconocer lo que es independiente de nuestra voluntad; arraigarse-no migrar, como fuerza que resiste a la globalización, a la tendencia a priori de ver hacia el norte. El lugar cobra sentido en oposición a la movilidad, al uso y difusión mediático de los procesos de migración, a la utilización política de las cifras para mendigar votos, a la cuantificación de las remesas, que de acuerdo con la Jornada, cayeron un 16% hasta marzo de este año, los envíos suman 1,320.74 millones de dólares, y este es el peor nivel desde 2003. Hay estados que cuantifican su desastre financiero: el Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Veracruz (Jornada marzo 2, 2010).

Las implicaciones de la migración, son complejas, profundas, son objetivaciones de las representaciones de la prosperidad, son objetivaciones de imaginarios, nutridos por la industria del cine, de la música, de la expectativa de conocer y comprender el rock o las modas y las formas de vivir de los gringos. El imperialismo cultural, el Sub comandante Marcos habla de "La globalización del capital destruyó las fronteras nacionales y reacomodó al mundo. La lógica del mercado es ahora la que determina las relaciones internacionales y las relaciones dentro de los moribundos Estados Nacionales" (Sub Marcos, 2007), si el reacomodo global vuelve borrosas las fronteras geográficas, las desigualdades y la explotación nos recuerdan las fronteras económicas y la idea de estar mejor, por muy lejos que nos tengamos que ir, es necesario y además casi un deber, cumplir con el rol.

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Cuando el capitalismo llega a la puerta de nuestra casa se presenta como una estadística benévola y demostrativa de la pujanza en la que nuestro gobierno desea colocarnos cómodamente: el 49% del personal ocupado de nuestro país está ocupado en el sector de la venta de alimentos, bebidas y tabacos. Los noticieros, las películas, las novelas de televisión construyen discursos de desahogo, políticamente la asimetría del poder, relega a nuestro gobierno a un papel débil. Las resistencias y las historias de dignidad y de valor se tejen en la cotidianidad de la huella que cruza el país en busca de mejores condiciones de vida, que al cabo en donde estaban de todos modos se iban a morir de hambre.

¿Y la identidad? Se deja y se reconstruye, con la pluralidad de colectivos, la presencia o conjunto de atributos idiosincrásicos y relacionales y la narrativa biográfica (Giménez, 2005).

El terruño, donde queda el ombligo y a donde muchos pretenden volver en una mejor situación, con mejores condiciones y cuajados. Ese lugar se recrea en el nuevo asentamiento, se llevan semillas, flores, plantas, fotos, piedras o cualquier otro objeto que nos permita reconocer quiénes somos y de donde venimos.

En el mapa mundial, la racionalidad económica traza las vías de circulación del capital, traza las rutas de la instalación de la industria del supuesto desarrollo y la solución sexenal del empleo. Estos trazos atraviesan desde Puebla hasta Panamá, especulan con la tierra, le ponen precio, la valoran económicamente, desarrollan estudios de factibilidad. El poder económico asiste en autobus desde Tijuana hasta Tuxtla Gutiérrez, a los habitantes de comunidades indígenas y rurales para llevarlos de la mano al nuevo paradigma, la destrucción-despoblamiento. Porque las tierras y los lugares, los vestigios y las tumbas deben abandonarse porque la tierra ha adquierido un nuevo valor en el mercado quizá, el campo debe reconstruirse y repoblarse para el turismo cinco estrellas.

Además de la geopolítica, la cultura, la tradición, la religión y la alimentación. Dejar y adquirir, abandonar y adoptar. La circulación de las personas, del capital, del poder, la globalización. Ante las realidades de las cifras sobre migración, ligadas a ilegalidad, a persecusión, a muerte y desierto, a insolación y deshidratación; escuchamos experiencias y anécdotas de la promesa del mundo mejor; como si la vida está en otra parte y estuviera en el otro lado.

Parte de esta idea viene de la mercantilización de la cultura y del poder que circula sin cosificarse, que penetra en todas las esferas de la sociedad y que por la socialización se presenta como una expectativa posible, como un escalón que debemos de subir, esta idea se vive en el sur y en el norte, en México y en Estados Unidos.

Las cantidades se publican por todos lados, como he comentado se utilizan y se esconden dependiendo del momento político, sin embargo imaginar el como, el parpadeo y el pensamiento, la expectativa interior, sin la justificación para dar gusto. El sentimiento del sudor, el miedo a cruzar, la nostalgia hacia el ayer, la añoranza por el ser querido y el vistazo a la fotografía del pueblo o la ciudad abandonada.

Virginia Hernández, ofrece este conjunto de textos publicados bajo el titulo Los fantasmas dse Douglas que obtuvo el Premio Estatal de Literatura 2006 en el género de cuento; que indagan y retratan estas minucias, las resistencias involuntarias, los cambios insignificantes y desapercibidos, que no suman, que no representan cifras para el alardeo, al contrario, van en otro sentido, porque sólo esta búsqueda tiene sentido, este descripción, esta imaginaria narrativa.

Antes de dejar la voz a Vicky leo el verso del Fandanguito, que da cuenta de Lupón.

Fandanguito Lupón

Porque el de arriba es mi compa

así lo decía Lupón

no le hace que leyes rompa

si es muy justa la razón.


Pueblos desapareciendo

la gente joven se va

Lupón si me estas oyendo

crúzalos con dignidad.


Lejos quedó el cerro aquel

donde abunda la humedad

acá la resequedad

hace surcos en mi piel.


No canta la primavera

no sombrea el árbol de mango

cómo recuerdo el fandango

paradito en la frontera.

(...)

Ese sueño americano

hay quienes si lo consiguen

las remesas se reciben

en el suelo mexicano.


Ese sueño americano

que pa´ muchos es carnada

es el fin de la tonada

pa un chingo de mexicanos.


Aviento una despedida

una despedida al viento

que pal viento no hay fronteras

tampoco pal sentimiento

que pal viento no hay fronteras

corazón de mi instrumento1.



REFERENCIAS

1Fandanguito Lupón, Trío Pasumecha (2008).

Saludos :)
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MCS Checo Cruz Hernández
Coordinador Lic. en Cs. de la Comunicación
Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales-UABC
Cel: 646.151.70.77
Ensenada, Baja California México
http://www.chekoch.blogspot.com
Skype: checo.cruz.hernandez

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